Lo se, hace unos días prometí que te dedicaría una poesía, pero, como a estas alturas no te sorprenderá, no se escribir nada y menos poemas, no se medir versos, no se rimar palabras, ni tampoco se improvisar, por eso he decidido que si alguna vez tengo que dedicarte algo, será algo que me salga del alma y no palabras condicionadas por mi ignorancia, que si tengo que decirte lo que siento, sea de la forma que lo haría sin que tu me lo pidieras...

Supuestamente lo normal es que cuando conoces a alguien por internet, y lo más general sea preguntar la edad, el nombre y la localidad, pero en éste caso particular, el día que te conocí, y extrañamente también en el que me llevé una primera impresión distorsionada, yo ya conocía todo eso de tí, y en todo caso no necesitaba saberlo. Mediante pasaban los días y se rellenaban los historiales de conversación empezaba a alejar de mi cabeza tu pseudonimo, tu tipo de letra, incluso olvide tu cara, ya nada me importaba más que lo que tuvieras que decirme, lo que quisieras contarme, te convertiste en una sustancia omnipresente, en el cielo, en la tierra, en el mar y en las estrellas, tu espiritu era para mi completamente atrapante, olvidar y recordar, ¿Acasao se trataba de otra cosa?.

Cuando dedico algo ha alguien le dedico parte de mi, cuando le doy un regalo no es más que mi gratitud por existir y cuando le dedico éstas palabras a alguien como tú, de timbre cálido, suave, dulze y a pesar de todas esas cosas de una embriagadora naturalidad, no es más que un gracias desesperado por saber que eres real, gracias, gracias y gracias.

Para tí.

Hace algunos años, más de media vida mía, estaba yo maltratando una revista de anime y manga, ese arte tan desvirtuado y menospreciado en españa, cuando vi una foto que me desconcertó. Ésta correspondia a una colección de cintas de video de un manga muy famoso en Japón que acababa de embarcar en nuestro país, bajo el terrible y devastador sello de +13, una marca maldita que, a excepción de Heidi y Marco, a acompañado a todas las series en las que los personajes tenían los ojos grandes y las caras redondas que han llegado a España.
La imagen en cuestión era la siguiente:

No se si sería la atmósfera de normalidad exasperante, las escaleras que podrían pertenecer a cualquier piso de Huelva, o del resto del mundo, los colores o la expresión de desamparo tímido y mudo de sus ojos, pero cabe decir que fue quizás la imagen que más sentimientos cruzados y conmoción me creo cuando tenía nueve años.
Por desgracia tuve que esperar a que mi querido Emule me brindase la posibilidad de ver Serial Experiments Lain éste año pasado, fue entonces cuando por fin me enteré de que iba, y no contaré el argumento, eso es mejor que lo descubrá quien esté interesado en ella, pero si el fenómeno que predijo hace ya mas de ocho años.

Tanto en el manga como en el anime, de los cuales solo he visto el segundo, Laín, la chica de catorce años protagonista, se sumerge en una paradógica historia en forma de metáfora en la cual huyendo de un mundo social y artificial en el que no se siente querida y no tiene amigos ni nadie a quien acudir, compra un ordenador Wired con el que conectarse a la red, en busqueda de una verdad absoluta y una vida más allá de los límites de la realidad, transformandose en otra persona mediante pasaba los días conectada a su Wired, pasando de ser la Laín original a otra persona desconocida, que domina las leyes de la red y a las personas que se conectan a ella.

Ésta nueva tendencia por la montones de personas alrededor del mundo éstan pasando, la de desmarcarse del mundo real para donar su vida a internet, no es otra cosa lo que en mayor medida le pasó a Laín en 1998, dejar atrás la vida sin tener que arrojarse de ningún edificio ni cortarse las venas, cometer un suicidio virtual y silencioso, dejar de ser persona y ser un nick.

El mundo tal como es hoy en día no está preparado para muchas cosas, y una de ellas es internet y la informática. Por mucho que intentemos decir que la red no es más que una herramienta de comunicación completamente controlada todos sabemos que eso no es verdad, aún no tenemos un dominio real, aún las maquinas pueden poseernos a nosotros sin que nos demos cuenta y bajo nuestro propio subsconsciente, tiraría mi ordenador por la ventana si supiera que así dejarían de abusar de un niño de siete años con el fin de lucrarse por ello en internet, pero ya es demasiado tarde.
Ese es el mayor problema, cuando se habla de internet en los medios de comunicación se hace referencia a un edén, a una Tierra prometida que todos debemos usar, pero a casi nadie se le recuerda que puede ser un arma tan mortal como una pistola en la sién. tras noticias de personas que mueren de inanición ante las pantallas de sus ordenadores, por no haber comido, de falsas relaciones que han cabado en asesinato y de decenas de chinos que se han suicidado tras perder una partida del World of Warcraft, está claro que internet es adictivo y puede llegar a ser una enfermedad si se abusa de su fuente de datos infinita.
De aqui al futuro conoceremos muchos casos de personas que han decidido abandonar su vida por abrir el corazón a un internet corrupto, en mi caso, cada vez que escuche de alguno, recordaré la carita de Laín cuando dejó de reconocer a su propio padre e intento sacarlo de la "pantalla" con el ratón, antes de caer a un suelo del que no recordaba su existencia.


Las imágenes corresponden al anime "Serieal Experiments Lain" Publicado por Koei en 1998.
PD:Quizás el artículo ha quedado un poco difuso y la forma de escribir no sea muy clara pero espero que comprendais lo que quiero expresar ^^
PD: Gracias a Tesalonikos por inspirarme el tema en una de nuestras conversaciones, a Polydeukes por demostrarme lo que es la pasión sana por la informatica y a Monglomorolo por su constancia a la hora de mantener los blogs de los demas ^_-.